Esta es la segunda perrilla, la más sinvergüenza, descarada y simpática. Lista como ella sola, ahhh y no se va de viaje sin su cama. Como se puede comprobar, en la peluquería la ponen sus lacitos.
Mi Pinky, el gato más amoroso y cariñoso que se puede tener.
Pizca, mi primera perrilla, a que era guapisima.
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